lunes, 10 de septiembre de 2012

Una Dama Sin Fortuna//Jemi//Cap 1// part2


-¡Eso no está bien señora! –la proposición pareció llevar a Bessie a acceder-. De acuerdo, me ocuparé de él, pero apuesto a que llorará de todas maneras en cuanto se separe de usted. Lo tiene muy mimado.
            Tal vez consentía demasiado al pobre niño, reconoció Demi para sus adentros, pero, ¿Cómo podía ser de otra manera con aquel pequeño huérfano? ¿Cómo no iba a agarrarse a la única persona que le quedaba en el mundo?
            -Si te lo llevas a la galería verde y lo dejas avanzar de una silla a otra, no se dará cuenta de que me ido –Demi le dio n último beso al niño antes de depositarlo en brazos de Bessie-. Pero sujétalo bien para que no se caiga.
            Pasó por delante de Bessie y salió del cuarto de David. Era más probable que el niño montara menos escándalo si se marchaba rápidamente, mientras que el tío Henry se lo montaría si le hacía esperar.
            Demi llego a la biblioteca sin aliento y con el corazón acelerado. Tras tomarse un instante para coger aire, llamo con los nudillos y entro cuando su tío le dio permiso. Cuando cruzó el umbral aspiró el olor húmedo a pergamino antiguo y a cuero. El aroma revivió recuerdos entrañables de su adorable padre.
            Sus dos tíos estaban sentados en un par de butacas de brocado gemelas. Demi hizo un esfuerzo para controlar el temblor de las rodillas.
            -¿Querías verme tío Henry?
            -Así es, querida- el marqués de Lovato juntó sus largos y delgados dedos apoyó la barbilla en ellos-. Tengo que darte una buena noticia. Tras un año de sufrimiento y escándalos, puede que la familia Lovato esté a punto de dejar todo ese dolor detrás.
            Por muy doloroso que hubiera sido los acontecimientos del año anterior. Eso significaría darle la espalda a los recuerdos de su hermano y de su hermana. Como sabía que no debía contradecir a su tío permaneció inmóvil y en silencio esperando a que continuara.
            No se hizo de esperar.
            -Le he hecho una proposición matrimonial a la señora Bullworth que confió que acepte.
            -¿Le señora Bullworth? –Demi no pudo evitar el traicionero tono de sorpresa y desagrado.
            Había escuchado muchos rumores sobre Harriet Bullworth a lo largo de los años. La antigua actriz había sido la mantenida de una sucesión de hombres antes de casarse con un rico banquero que le triplicaba la edad. Cuando su muerte la convirtió en una viuda rica, la señora Bullworth no había mantenido en secreto su intensión de comprar con dinero el más alto título nobiliario posible.
            La perspectiva de que semejante vividora usurpara el lugar que pertenecido a una sucesión de las más refinadas damas de Inglaterra horrorizaba a Demi.
            -Has oído bien –las cejas grises del tío Henry formaron un ceño severo que daba lugar a ninguna discusión-. Esta mujer es una elección de lo más adecuada por diversas razones, y una de ellas es relativa juventud. 

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